El Índice de Desarrollo de Banda Ancha del BID señala que Latinoamérica debe mejorar la conectividad. En Colombia, se deben destinar US$ 5.809 millones para superar el déficit en materia de conexiones.
La conectividad a internet se ha convertido en los últimos años en un factor muy importante para el desarrollo y crecimiento económico de los países. Así lo puso en evidencia la pandemia de covid-19, en donde el acceso a canales digitales se convirtió en una prioridad para poder continuar con las operaciones de diferentes sectores afectados por las medidas del confinamiento.
Y aunque la región ha avanzado en el mejoramiento y acceso a internet, aún falta mucho camino por recorrer para que los países de América Latina y el Caribecierren la brecha con respecto a otras naciones del mundo.
Según el reciente Índice de Desarrollo de Banda Ancha realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que mide a 65 naciones, para llegar al promedio de conectividad que tienen actualmente los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) se necesita una inversión en la región de más de 68.500 millones de dólares.
De lograrse, se generarían cerca de 15 millones de empleos directos, de acuerdo con las estimaciones del BID, lo que podría llevar a un crecimiento regional del PIB del 7,7 por ciento y aumentaría la productividad en estas naciones en un 6,3 por ciento.
“Los retrasos en la conectividad y la digitalización de los países de América Latina y el Caribe han agravado drásticamente los impactos económicos y sociales del covid-19. Sin embargo, esta realidad también representa una oportunidad histórica para reducir la desigualdad y generar empleo y un crecimiento económico sostenible”, indicó Mauricio Claver-Carone, presidente del BID, durante la presentación del estudio.
En el informe, que lleva a cabo una medición de cuatro elementos que llevan a tener una buena conectividad; entre estas, políticas públicas, regulación estratégica, infraestructura, aplicaciones y capacitación, establece un rango del índice hasta 8, siendo 1 lo peor y 8, lo mejor. Así mismo, la banda ancha es entendida como una conexión de alta capacidad, que siempre esté disponible y les permita a los ciudadanos recibir y compartir archivos de audio, voz, video, imágenes y datos.
Así estamos en la región
Barbados es el país que mejor sale librado entre las 26 naciones de América Latina y el Caribe que hacen parte del estudio. La isla ocupa el puesto 31 entre 65, subiendo 11 posiciones en comparación con su lugar en 2018, llegando a un índice del 5,68. El mejor desempeño se debe a los valores generados en la categoría de políticas públicas.
Así mismo, le siguen Uruguay y Argentina en cuanto a mayor crecimiento en el listado, subiendo 9 y 6 posiciones generales, ubicándose en los puestos 40 y 42, respectivamente. Uruguay, por su parte, mejoró sus indicadores en infraestructura, mientras que el impulso en Argentina se dio por la regulación estratégica.
Colombia se encuentra en la mitad de la tabla, perdiendo dos posiciones frente al lugar de 2018, al situarse en el puesto 46, con un índice de 4,69. El país tuvo su mejor desempeño en regulación estratégica, categoría en la cual logró subir 10 puestos, y se sitúo en el puesto 32.
En este punto, Colombia se destaca por la asignación de espectro de comunicaciones móviles y la concentración de operadores de banda ancha fija; en esta última se logró 8, el valor máximo del índice.
La categoría en la que el país registró su peor desempeño fue la de políticas públicas, situándose de 51, con 4,34. Esto representa un descenso de 18 puestos en este apartado, frente a la posición del informe anterior.
El estudio señala que el país tiene que hacer un mayor esfuerzo en el gasto en investigación y desarrollo, categoría en la que invierte menos de la mitad que el promedio de los países del BID. Además, presenta valores bajos en la adaptabilidad del marco legal para negocios digitales y en gobernanza de las TIC.
En las categorías de infraestructura y Aplicaciones y capacitaciones, Colombia está en el puesto 48, con índices de 4,32 y 4,33, respectivamente. El pilar de infraestructura es en el que América Latina tuvo el peor desempeño: las últimas 10 posiciones, con excepción de la India, son ocupadas por países de la región.
Colombia en esta categoría tiene problemas en las variables de número de líneas fijas de banda ancha y fibra óptica por cada 100 habitantes. A su vez, las velocidades de las redes 4G son menos de la mitad del promedio que manejan los países de la Ocde, en donde el país llega a 18,67 Mbps, frente a 43,25 Mbps.
Así mismo, el índice revela que en la región hay una brecha de género, en cuanto al acceso que tienen las mujeres a internet. En este panorama, Colombia, Perú y los países de Centroamérica son los que registran una mayor desigualdad.
Cambiar el escenario
Para transformar la posición de los países de América Latina en el tablero de la conectividad mundial se necesita una inversión de más de 68.686 millones de dólares, siendo la brecha de internet fijo el principal problema; se necesitan cerca de 50.000 millones de dólares para alcanzar los niveles actuales que tienen los miembros de la Ocde.
En el caso de Colombia, se deben destinar recursos por 5.809 millones de dólares para superar el déficit en materia de conexiones a internet fijo y móvil, siendo la primera la que requiere mayor dinero. Así mismo, las inversiones del país en las áreas rurales deben aumentar en un 41,3 por ciento.
Esto, estima el BID, llegaría a generar 1’519.161 empleos directos nuevos en Colombia, dinamizando fuertemente la economía, golpeada por la crisis de la pandemia.
Por su parte, Brasil y México son los países de la región que mayor inversión deben tener para eliminar la brecha, con 21.000 millones de dólares y 11.800 millones de dólares, respectivamente.
El BID establece, además, una serie de recomendaciones para los países de América Latina para reducir la brecha digital.
En el caso de los países andinos, en donde se encuentra Colombia, se deben fortalecer la inversión en infraestructura y la elaboración de políticas públicas que impulsen las asociaciones público-privadas para ampliar la cobertura, en especial en las zonas más apartadas y de difícil acceso.
En el Cono Sur, el énfasis debe estar en el desarrollo de modelos productivos basados en tecnologías digitales.
Por último, en cuanto a Centroamérica, se debe priorizar el desarrollo de programas formativos en el uso de la tecnología, mientras que el Caribe debe enfocarse en la actualización de marcos normativos y regulatorios que permitan lograr mayores avances en la conectividad.
Fuente: El Tiempo– Junio 12 de 2021